Lali estrena el documental Lali: La que le gana al tiempo en Netflix el 4 de diciembre, una película que reúne cuatro años de material íntimo y creativo para mostrar la transformación personal y artística de la cantante. A los 34 años y tras más de dos décadas frente a las cámaras, la artista decidió abrir la puerta de su intimidad: escenas de estudio, archivos familiares nunca vistos y conversaciones que retratan un proceso de búsqueda, replanteo y crecimiento.

El documental documenta un trayecto en el que Lali empezó a soltar el control sobre su propia narrativa, un trabajo que ella misma describe como una terapia. La filmación, iniciada de manera informal por su primo durante la producción del disco Lali, terminó conformando un proyecto mayor que exhibe no sólo el proceso creativo sino también momentos personales decisivos: la revisión de su infancia, el choque con la exposición pública y la toma de decisiones artísticas conscientes.

En la película la artista reflexiona sobre la presión de la industria musical: la urgencia por lanzar canciones para mantenerse vigente y la batalla interna contra el miedo a no ser escuchada. Explica cómo eligió arriesgarse a crear un álbum distinto a repetir fórmulas, y cómo la intuición pasó a ser guía en su proceso creativo. Además, aborda su posicionamiento público y el impacto de manifestar opiniones: reconoce la pérdida de seguidores tras episodios polémicos, pero también destaca resultados concretos como la masividad de sus shows y la consolidación de un público afín.

Lali admite que soltar el control para permitir que otros narren partes de su vida le costó emocionalmente, pero reconoce el valor del material recuperado: videos de familia que le permitieron reconectar con una niña inquieta y extrovertida que siempre quiso ser mirada. También habla de la dualidad entre vulnerabilidad y fortaleza, y de cómo hoy conviven sin excluirse: su presente artístico aparece más frontal, político y dueña de sus formas.

La cantante-actriz comparte además su visión sobre el pop como género con capacidad de lectura social y sobre la necesidad de autenticidad. No cierra la puerta a la actuación: afirma que siempre hará espacio para proyectos que la interpelen, porque alternar disciplinas la nutre creativamente. Sobre aconsejar a artistas emergentes a posicionarse políticamente, Lali es cauta: considera que es una decisión personal que requiere preparación emocional e intelectual.

Lali: La que le gana al tiempo propone un retrato íntimo de una artista consagrada que decidió priorizar su verdad sobre el ruido público. Es, según la protagonista, un registro puntual de una etapa de su vida, un equilibrio entre exposición y control liberado que busca mostrar el tránsito de una figura mediática hacia una versión más auténtica y pensada de sí misma.