El Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina (SADRA) publicó un comunicado contundente en el que denuncia irregularidades, manipulación de resultados y presiones sobre los jueces en el sistema de designaciones arbitrales. Encabezado por Guillermo Marconi, el gremio advierte que estas prácticas han erosionado gravemente la credibilidad del arbitraje en el fútbol argentino.
Titulado “No estamos solos”, el comunicado remarca que durante los últimos siete años SADRA presentó denuncias públicas y acciones judiciales por irregularidades en las designaciones arbitrales y por actuaciones que sugerían manipulación de resultados. Según el texto, muchas de esas presentaciones no obtuvieron respuestas concretas por parte de los organismos responsables.
El sindicato apunta directamente contra la actual estructura del fútbol: menciona la exclusión del SADRA de la estructura arbitral, la creación de estructuras paralelas y la presión ejercida sobre árbitros de distintas categorías como factores que han deteriorado la institucionalidad y la confianza en el sistema. A la vez, destaca que un grupo de árbitros y dirigentes defendió la integridad profesional pese a las presiones, aunque muchos vieron afectadas sus carreras y sus oportunidades de designación, incluso cuando fallos judiciales respaldaron su actuación.
El comunicado llega en un contexto de alta tensión por fallos polémicos y por la sanción impuesta a Estudiantes tras un pasillo realizado de espaldas a Rosario Central luego del título otorgado por la Liga Profesional. SADRA sostiene que la sociedad —jugadores, dirigentes, periodistas y miles de hinchas— empieza a dimensionar la gravedad de la situación y reclama un cambio profundo en favor de un arbitraje honesto y transparente.
En su cierre, el gremio reafirma su compromiso con la transparencia, la ética y la profesionalización del arbitraje, y convoca a todos los actores del fútbol argentino a participar de la reconstrucción del sistema. SADRA exige medidas concretas para garantizar designaciones imparciales, protocolos que eviten injerencias externas y mecanismos de control que recuperen la confianza pública.
La denuncia plantea un desafío para las autoridades del fútbol: restaurar la credibilidad del arbitraje es imprescindible para la legitimidad de los torneos y para la tranquilidad de jugadores, clubes e hinchas. La respuesta institucional y las medidas que se adopten en las próximas semanas serán clave para definir el rumbo del arbitraje y la percepción pública sobre la transparencia en el fútbol argentino.
